martes, 7 de diciembre de 2010

Introduccion

El proceso de creación de nuevas empresas es algo de mucho cuidado, mas así como puede verse con facilidad de cómo manejarlo, con la misma simplicidad puede vérselo fracasar y ello nos puede estar ocurriendo.
El proceso de creación de nuevas empresas debe ser algo gradual y requiere de madurez paulatina en todas las fases que consideramos como fundamentales, tanto del emprendedor y futuro empresario, como de la institución, equipo o personas acompañantes.
Existen diferentes niveles en el proceso de maduración de una iniciativa empresarial, dependiendo ello tanto del perfil inicial y empeño del emprendedor, como del compromiso del acompañante y la metodología utilizada.
Es poco posible que un candidato a futuro empresario comprenda, asimile y digiera de manera efectiva y confiable, en corto tiempo el porqué y para qué de cada una de las fases requeridas para consolidar con éxito una iniciativa empresarial.
(Debemos considerar que la consolidación real de una iniciativa empresarial, considerándose ello como tal en el momento de iniciación de operaciones productivas, no debe considerarse como la meta final, y de ello debe ser consciente el futuro empresario, ya que solo aquí se inicia otro proceso, quizás más delicado, como lo es el enfrentarse a un mercado, entrar y permanecer, el adecuado manejo administrativo de la totalidad de los recursos participantes, el desarrollase y crecer. Gran parte del éxito posterior a la puesta en marcha de la iniciativa, se empieza a notar durante el proceso de creación, ya que durante él se deben anclar muy bien las raíces, esto es lograr su adecuada estructuración)
El desarrollo productivo de México se sustenta en gran parte por las micro, pequeñas y medianas empresas, siendo una fuente generadora de empleo y punto medular en el desarrollo económico, a través de diferentes mecanismos de apoyo y colaboración.

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